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Un glaciar es un río de agua en
estado sólido, una masa de hielo y nieve en continuo
desplazamiento, más o menos veloz según la pendiente
y el volumen.
Se forma por la acumulación de hielo y nieve en las cuencas
superiores y se les llama comúnmente ventisqueros.
La perfección hexagonal de los copos de nieve que en
gran cantidad recubren las elevadas regiones montañosas
y después de sufrir una serie de cambios que la convierten
en hielo del glaciar, descienden lentamente debido a la plasticidad
de su masa y a las grandes presiones que las zonas elevadas
ejercen sobre las inferiores a lo largo de los valles, originando
las lenguas glaciarias de resplandeciente y azulada blancura.
Existen dos tipos de glaciaciones en la Patagonia, el llamado
Hielo Continental, un gran casquete de hielo que envuelve la
parte central de la cordillera y envía sus derrames al
Océano Pacifico y a los grandes lagos patagónicos.
El otro tipo de glaciación son los llamados Glaciares
Periféricos, que en cantidad de varios centenares se
desarrolla en la parte más elevada de las cadenas montañosas.
Entre los paralelos 46º y 51º 30´ de latitud
sur y entre el océano Pacífico y los grandes lagos
patagónicos australes se extiende la zona denominada
Hielo Continental Patagónico.
Los derrames de éste, se manifiestan en forma de grandes
masas de hielo glaciario formando los conocidos glaciares:
MARCONI, VIEDMA, UPSALA, AGASSIZ, BOLADO, ONELLI, SENA, PEINETA,
SPEGAZZINI, MAYO, AMEGHINO, PERITO MORENO y FRIAS.
Cada uno de estos glaciares posee una superficie de varios cientos
de kilómetros cuadrados Ej.: el Upsala con 595 Kms2,
el Viedma con 575 Km2 o el Moreno, más pequeño
con 195 kms2.
Las grandes masas glaciáricas, prosiguiendo su camino,
forman diques de contención en los valles y hondonadas
de sus márgenes, formando lagos que se llenan de témpanos.
Los témpanos son masas de hielo de formas y tamaños
sumamente irregulares y variables pero generalmente de dimensiones
colosales.
Algunos témpanos llegan a tener cien o más metros
de diámetro y hasta más de 30 metros de altura.
Por lo general tienen una larga base sumergida que con el transcurso
de los días las aguas van carcomiendo bajo la superficie
perdiendo así su estabilidad y haciéndolo girar
o muchas veces volcarse completamente.
Imprevistamente la inmensa masa se quiebra fragmentándose
en trozos que caen al agua con un tremendo estrueno removiéndose
hasta que la base del témpano queda convertida en cumbre
con puntas gigantescas, lo cual produce un espectáculo
extraordinario, deslumbrante y maravilloso que nunca podrá
olvidar.
Fuente bibliográfica:
Aspectos glaciológicos de la zona del hielo continental
patagónico - Mario Bertone |
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